Mascotas: ¿Es posible traducir a nuestros perros y gatos a través de las apps?

Mascotas: ¿Es posible traducir a nuestros perros y gatos a través de las apps?

Hay muchas apps destinadas a mejorar la comunicación entre humanos y animales, que utilizan como herramienta la traducción. Ahora bien, ¿es eso posible? Aquí, lo reflexionamos.

Redacción MDTech

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Existen muchas apps que nos prometen una comunicación fluida con nuestros compañeros gatunos o perrunos. Por ejemplo, grabando algún sonido de ellos las aplicaciones traducen sus pedidos al lenguaje humano. Incluso, hay algunas que lo hacen al revés: nos traducen a nosotros para que perros y gatos nos comprendan. Estos son casos de apps como MeowTalk y Dog Translator.

En la descripción de Google Play, la app destinada a los felinos -con más de 5 millones de descargas- asegura: "Cada gato tiene su propio vocabulario único que usa para comunicarse con sus dueños. Esto no es necesariamente un lenguaje, ya que no comparten los mismos maullidos para comunicarse entre sí, pero podemos usar el aprendizaje profundo automático para interpretar los maullidos de un gato individual y traducirlo a un lenguaje legible por humanos". De esta manera, la aplicación registra sonidos del animal para convertirlos en mensajes breves, como por ejemplo: “¡Quiéreme!”, “Estoy cansado” o “Estoy descansando”. Por el contrario, al app dirigida a la comunicación entre perros y humanos, “ayuda a traducir” nuestro lenguaje al de los canes.

Ahora bien, ¿realmente es posible traducir los sonidos de los animales?, ¿ayudan los traductores a mejorar la comunicación entre ellos y nosotros? A continuación, compartimos la opinión de dos profesionales.

¿Es posible mejorar la comunicación entre animales y humanos usando apps?

El punto de vista profesional

En una entrevista reciente, la etóloga veterinaria en la Clínica Salvatierra de Madrid Aoife Ortega aseguró que esas apps tienen un problema desde el inicio: la promesa de desplazar la comunicación de los animales hacia la humana. En ese sentido, afirmó: “Extrapolar la conducta humana o los sentimientos a emociones de animales es incompatible. Son especies totalmente distintas. Es imposible que puedas traducir simplemente con un maullido de un gato lo que te quiere decir”.

Asimismo, señaló que otra limitación de las apps es que dejan por fuera la expresión corporal de los animales: fundamental para entender sus necesidades. En este sentido, ilustró con los perros: “Los ladridos son parte del etograma, pero si solo evalúas el ladrido y no el contexto o el animal a nivel físico es imposible poder reconocer el comportamiento. Estamos extrapolando conductas como el razonamiento y los animales no razonan. Los animales asocian”.

Por su parte, Eduardo Polín, doctor en Psicología y experto en aprendizaje y comportamiento animal, señaló que un error de las apps tiene que ver con la propuesta de vocalización: “No tiene necesariamente una traducción”. Y agregó: “No existe una traducción literal. Los perros cuando ladran, por ejemplo, no están haciendo lo mismo que cuando nosotros hablamos en otro idioma. No existe esa equivalencia”.

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