Nunca visto en Dragon Ball: la oscura versión original de Bills que nunca llegó a la pantalla
Pocos saben que su diseño y naturaleza original eran de un lagarto mucho más oscuro y aterrador que el personaje que conocemos hoy.
Bills, el icónico Dios de la Destrucción del Universo 7 en Dragon Ball Super, debutó como antagonista en la película de 2013 La Batalla de los Dioses. Aunque inicialmente se presentó como una amenaza para los Guerreros Z, su evolución en la trama lo convirtió en un aliado peculiar. Sin embargo, pocos saben que su diseño y naturaleza original eran mucho más oscuros y aterradores que el personaje que conocemos hoy.
La figura de Bills no nació de la nada. Akira Toriyama, el creador de Dragon Ball, confesó haberse inspirado en su gato Debo, un Cornish Rex que sobrevivió a una grave enfermedad cuando todo parecía perdido. La recuperación de Debo llevó al veterinario a bromear diciendo que era "un demonio", un comentario que quedó grabado en la mente del mangaka. Esto dio origen a Bills y a su contraparte del Universo 6, Shampa, ambos basados en felinos con una personalidad imponente.
Sin embargo, el diseño final de Bills no fue el punto de partida. El concepto inicial del personaje fue desarrollado por Yusuke Watanabe, guionista de La Batalla de los Dioses.
En su versión original, Bills era un lagarto con la habilidad de inyectar “el mal” en los corazones de los saiyajin. Según declaraciones de Watanabe incluidas en la edición de DVD de la película, su idea era crear un villano que no solo destruyera esencialmente, sino que corrompiera desde dentro, sembrando el caos a través de la maldad en los personajes.
Esta propuesta inicial mostró a un ser aterrador cuya presencia sería devastadora no solo por su poder, sino también por su capacidad de manipulación. El concepto encajaba con la idea de un verdadero Dios de la Destrucción, alguien temido incluso por los más fuertes del universo.
El diseño del "lagarto malvado" nunca vio la luz. Akira Toriyama intervino en el proceso creativo y realizó ajustes importantes. En ese momento, Japón aún lidiaba con las secuelas del devastador terremoto de Tohoku de 2011, y Toriyama estaba decidido a alejarse de historias trágicas y oscuras.
Así, la figura del lagarto fue descartada, y en su lugar se optó por un gato que, aunque malhumorado y temperamental, resultó ser mucho más accesible. Incluso en su segunda versión, donde Bills tenía el poder de transformar los corazones de las personas en malvados, Toriyama decidió suavizar el concepto y convertirlo en un personaje más cómico y extravagante.
El resultado fue un Dios de la Destrucción que equilibra su increíble poder con un estilo de vida relajado y obsesiones mundanas como la comida y el sueño.
Aunque la versión original de Bills habría sido un giro oscuro e interesante, la figura final del personaje se ha convertido en un elemento clave para la franquicia. Su arrogancia, humor y peculiar relación con los Guerreros Z lo han consolidado como uno de los personajes más populares de Dragon Ball Super .
La evolución de Bills es un reflejo de cómo Dragon Ball ha sabido adaptarse a los tiempos, equilibrando momentos épicos con toques de humor y humanidad, convirtiéndose incluso a un Dios de la Destrucción en un personaje entrañable.