Victoria de Trump: su relación con Musk y cómo será la nueva política en tecnología

El segundo mandato de Donald Trump podría generar cambios para los gigantes tecnológicos como Google, Apple y Microsoft. Con su regreso a la Casa Blanca, se esperan modificaciones en áreas claves como la regulación de inteligencia artificial, inmigración, aranceles y temas antimonopolio, aunque algunos expertos sugieren que las consecuencias podrían variar.

De acuerdo al análisis de la BBC, el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría beneficiar directamente a Elon Musk, una de las figuras más visibles en su apoyo. El magnate tecnológico y propietario de empresas como SpaceX y Tesla ha mostrado su respaldo a Trump, dedicando importantes recursos financieros y logísticos a su campaña. Con Trump en la Casa Blanca, Musk podría recibir beneficios políticos y comerciales sustanciales, consolidando su influencia en sectores clave.

Asimismo, se estima que Elon Musk invirtió más de 119 millones de dólares en un Super PAC dedicado a promover la reelección de Trump. Además, su campaña en redes sociales incentivó la participación en estados clave mediante sorteos diarios de un millón de dólares para votantes, acción que enfrentó desafíos legales pero fue finalmente permitida.

Uno de los posibles beneficios de una administración Trump para Musk sería la reducción de la carga regulatoria. Trump prometió disminuir las restricciones para las empresas, lo cual podría favorecer a Tesla, en especial considerando que el fabricante de vehículos eléctricos enfrenta actualmente una investigación de la Agencia Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras sobre su sistema de autoconducción. Un menor control regulatorio permitiría a Tesla desarrollar y expandir sus tecnologías con mayor libertad.

Además, Trump ha expresado su intención de integrar a Musk en su administración, planteando la creación de un “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE, por sus siglas en inglés). Este organismo, cuya finalidad sería reducir el gasto público, se alinearía con la visión de Musk sobre la eficiencia en los contratos gubernamentales. El empresario ha criticado en varias ocasiones a sus competidores, como Boeing, por estructuras de contratos gubernamentales que, según él, incentivan los retrasos y sobrecostos. Con una administración favorable, Musk podría obtener más contratos para SpaceX, especialmente en el campo de satélites y defensa, en el cual las agencias estadounidenses han incrementado su inversión.

La relación cercana entre Musk y Trump también podría traer ventajas fiscales. Trump ha prometido reducir los impuestos corporativos, una medida que Musk seguramente valorará, ya que significaría una mayor rentabilidad para sus empresas. Tesla, por ejemplo, podría ver un impacto positivo en sus márgenes de ganancia y en su expansión si se cumple este compromiso fiscal.