La peligrosa tendencia que llegó de la mano del teletrabajo
Con la llegada de la pandemia de coronavirus, muchas personas se vieron obligadas a trasladar las oficinas a su casa para continuar trabajando de manera remota. Pero esta implementación masiva del home office generó el aumento de una preocupante tendencia.
Nos referimos a los ataques con ransomware realizados por ciberdelincuentes, que en 2020 provocaron campañas masivas, donde apuntaban al azar esperando que alguna víctima se infecte y que eventualmente pague el rescate para recuperar su información.
Pero estos hackers también afinaron la puntería y buscaron a las compañías líderes de varias industrias.
Cabe destacar que el robo de información, previo al cifrado de los archivos y la posterior extorsión bajo la amenaza de publicar, vender o subastar los datos confidenciales obtenidos, se disparó en 2020, aprovechando las nuevas vulnerabilidades que genera el teletrabajo.
Según una encuesta realizada por ESET en plena pandemia, solo el 24% de los usuarios dijo que la organización para la cual trabaja le brindó las herramientas de seguridad necesarias para trabajar remotamente y el 42% de los participantes aseguró que su empleador no estaba preparada en cuanto a equipamiento y conocimientos de seguridad para hacer frente al teletrabajo.
Este escenario provocó un aumento en la superficie de ataque: el 87,67% de los participantes opinó que los cibercriminales han visto una oportunidad en el incremento del trabajo remoto para lanzar ataques dirigidos a las empresas.
Cabe destacar que en la región se registró un aumento del 141%, con picos que llegaron hasta los 12 mil intentos de ataque diarios al protocolo.


