La guerra de los robots: fabricantes EE.UU. apuntan a superar a China, pero los aranceles podrían frenarlos
En medio de la creciente rivalidad tecnológica con China, fabricantes de robots humanoides en Estados Unidos buscan consolidarse en el mercado.
El desarrollo robótico y las implicancias de las medidas de Trump
Foto: 1XMientras los humanoides saludaban a los asistentes y los robots jugaban en la Cumbre de Robótica 2025 en Boston, una preocupación flotaba en el aire: los nuevos aranceles de Donald Trump. Aunque no figuraban en la agenda oficial, las tarifas sobre componentes clave importados desde China fueron el tema más comentado en los pasillos del evento, según organizadores y fabricantes.
El contexto es claro: empresas como Boston Dynamics, Agility Robotics y Tesla están invirtiendo en el desarrollo de robots humanoides avanzados para automatizar fábricas y almacenes. Pero la imposición de aranceles de hasta un 145% a productos chinos podría afectar desde motores y sensores hasta imanes de tierras raras, esenciales para el funcionamiento de estas máquinas.
La tensión comercial entre China y Estados Unidos impacta de lleno en la industria robótica
Elon Musk ya advirtió a los inversores que las restricciones chinas al suministro de estos materiales podrían retrasar el desarrollo del robot humanoide Optimus de Tesla. Según APNews, otros fabricantes, como Agility Robotics, reconocen que la situación complica la cadena de suministro, aunque también abre oportunidades para el desarrollo local.
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El caso del G1 de la empresa china Unitree es ilustrativo: este humanoide, que se vende por 16.000 dólares en su país, llegaría a costar más de 40.000 dólares en EE.UU. con los nuevos aranceles. Aunque por ahora se limita a tareas promocionales y de investigación, su encarecimiento pone en duda su competitividad fuera de China.
Mientras tanto, el uso de robots industriales en fábricas estadounidenses creció un 9,6% en el último año, pero los humanoides aún ocupan un nicho. La guerra comercial y la incertidumbre en la cadena de suministro podrían determinar qué país lidera esta nueva generación tecnológica.