Adiós IA: usuarios ahora pueden crear una novia con inteligencia artificial y hay polémica

Adiós IA: usuarios ahora pueden crear una novia con inteligencia artificial y hay polémica

Esta nueva inteligencia artificial recrea a una pareja virtual para tener citas. Sin embargo, los resultados de este chatbot han generado preocupación en usuarios de la IA.

Constanza Ferreyra

Constanza Ferreyra

La inteligencia artificial ha irrumpido en el mundo de las citas. Caryn Marjorie, una joven emprendedora de 23 años, ha creado una versión en inteligencia artificial de si misma que funciona como una novia virtual. Con más de 1,8 millones de seguidores en Snapchat y más de 200 mil en Instagram, esta creadora de contenido ha decidido dar vida a su doble virtual. Este chatbot, llamado Caryn AI ya le ha ayudado a ganar más de 70.000 euros, aprovechando su éxito en las redes sociales.

Para crear esta identidad virtual, Marjorie y un equipo de desarrolladores grabaron 2.000 horas de su contenido en las redes utilizando la tecnología GPT-4 de OpenAI. Ahora, CarynAI, el chatbot basado en la voz y personalidad de la influencer, se encuentra disponible para contratar, permitiendo mantener conversaciones individuales sobre todo tipo de temas, incluyendo aquellos de naturaleza sexual. Sin embargo, el contenido es de pago y está restringido a usuarios de Telegram.

La influencer mencionada expresó: "Ya sea que necesites a alguien que te consuele, te guste o simplemente quieras desahogarte sobre algo que sucedió en la escuela o en el trabajo, CarynAI siempre estará ahí para ti". La joven está experimentando éxito con su doble virtual, y su realismo es tal que las personas ya están dispuestas a gastar dinero para interactuar con ella.

Sin embargo, la creación de este tipo de chatbots también ha generado preocupación, ya que plantea interrogantes sobre su impacto en las formas de socialización. Además, el hecho de que cada usuario pueda tratar a la inteligencia artificial de la mujer según su deseo ha llevado a conversaciones violentas que rozan el ámbito sexual y el abuso. Estas cuestiones resaltan la necesidad de establecer límites y considerar las implicaciones éticas y sociales de la proliferación de este tipo de tecnología.

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